Cómo mejorar la autoestima usando lencería
En los últimos años, cada vez va teniendo más importancia la salud mental. Todavía queda mucho camino, pero creo que puedo afirmar que en España ya se ha normalizado acudir a terapia psicológica. Entrando en un terreno más personal, la última vez que acudí a terapia fue por que no sabía cómo mejorar mi autoestima (había leído cuarenta mil cosas, por supuesto, pero no sabía bien cómo aplicarlas y trabajarlas en mi vida de forma consistente). En aquel momento estaba pasando por algo difícil y sabía que la clave de todo lo que me rodeaba estaba en mí, por eso decidí ponerme en manos de un profesional. Por supuesto, sirvió de muchísima ayuda.
Si has sabido leer bien entre líneas, fui al psicólogo varias veces a lo largo de mi vida. No pretendo, ni mucho menos, suplantar el trabajo de un profesional en una materia tan delicada y específica como es la salud mental. Sin embargo, hoy vengo a compartir algunos consejos sobre cómo mejorar la autoestima usando lencería. ¿Tienes curiosidad? ¡Sigue leyendo!
La lencería como herramienta para reforzar la autoestima
La postura corporal, la ropa que llevamos, cómo (e incluso) cuánto nos arreglamos reflejan cómo nos sentimos por dentro. Nuestra imagen, cómo nos presentamos al mundo, aporta más información sobre nosotrxs mismxs de lo que en un principio podríamos pensar. Usemos ese reflejo para estudiarnos y fijarnos en qué estamos transmitiendo.
Por qué la ropa interior es importante
A la hora de arreglarnos ponemos mucho cuidado en el cabello, maquillaje, la manicura, piel, la ropa, los accesorios… y la ropa interior queda relegada. ¡No! ¡Esto es un error fatal! Y conste que no lo digo porque esto sea un blog de lencería y yo una apasionada de ella. ¿Qué pasa si la ropa interior se marca? ¿O si se ve? ¿Y si no estás usando una talla correcta?
La ropa interior y la lencería en general nos acompañan todos los días. Es la primera capa de ropa que nos ponemos al empezar el día y la última que nos sacamos cuando este termina. También son las prendas que más pegadas están a nuestra piel. ¿Ves la importancia que tiene?
Tómate un momento para analizar cómo afrontas el momento de vestirte. Si piensas que la ropa interior sólo es importante cuando tienes una cita con novio/marido/crush/parte interesada…. Bueno, piensa de nuevo, porque en primer lugar la lencería no sólo es el vestuario íntimo sexy, y en segundo lugar, cuánto y con qué te arreglas lo debes hacer para gustarte y sentirte a gusto contigo misma.
El ritual matutino: cómo escoger la ropa interior que nos acompañará ese día
Cuando te vistes por la mañana, ¿cuál es la sensación, o qué pensamientos te asaltan cuando te pones la ropa interior?
¿Son de este tipo…
“Ufff, otro día más que me tengo que poner esto que… (a)no me gusta (b) me hace daño (c) inserta tu frase negativa aquí.”
…o de este?
“Hoy me siento a) bien b) poderosx c) inserta tu descripción anímica positiva aquí y quiero vestirme con algo lo refleje”
Dos situaciones bastante diferentes, ¿verdad?
La primera (por desgracia, bastante común) suele ser la de coger lo primero que vemos, a veces incluso un sujetador que ya nos pusimos el día anterior (otro error, pues hay que dejar al sostén al menos un día de reposo entre uso y uso para que se conserve y dure más tiempo). Sea por prisa, sea por falta de costumbre, o por pensar que la ropa interior no tiene importancia -¡cuando es la base de lo que nos ponemos encima!
La segunda requiere una pausa, una toma de consciencia antes de la acción. Respirar y visualizar cómo quieres verte, cómo quieres que sea tu día. Ponerle una intención y una razón de ser a todas las prendas con las que te vas a vestir, empezando por la ropa interior, y a medida que te las vas poniendo vas reforzando esa imagen, esa idea que quieres proyectar.
Y este proceso se repite, a la inversa, al terminar el día. ¿Qué haces cuándo te desvistes? ¿Te sientes liberada por deshacerte la ropa que te cubre (especialmente el sujetador) o a medida que te vas desvistiendo vas recordando con qué intención comenzaste el día y haciendo balance de los buenos momentos de la jornada?
Decía Marie Kondo que nuestras posesiones tienen que despertar alegría en nosotros. Al margen de que sigas o no su filosofía del orden, ¿las prendas con las que te vistes te hacen sentir miserable o todo lo contrario?
La lencería influye en nuestro día, en nuestra vida
Efectivamente, la lencería es más importante de lo que en un principio pueda parecer. Además de ser la base para todas las prendas que van después por encima, usada correctamente es una poderosa herramienta de empoderamiento. Sí, hay que prestarle atención al estilo, al color, a la talla… pero, por encima de todo, es crucial cómo tú te sientes cuándo la llevas puesta, y no estoy hablando sólo de la comodidad.
Soy la primera en entender y predicar que no podemos estar 100% perfectxs el 100% del tiempo. Honestamente, creo que somos humanamente imperfectas y, obviamente, no hay que machacarnos por eso ni mucho menos forzarnos a ser o hacer algo que no queremos. Sin embargo, la idea que me gustaría que extrajeras de este artículo es que se trata de estar cómodxs con nosotrxs mismxs, sentirnos segurxs y vistamos lo que vistamos, llevemos o no maquillaje, etc.
Hablando de no estar perfectxs todo el tiempo, la semana pasada publiqué un vídeo en YouTube donde daba una serie de consejos para aprender a combinar ropa interior (porque aunque no llevemos un conjunto cada día, hay formas de combinar diferentes piezas para lograr un aspecto más pulido).
Como digo a menudo, lo que sirve para una persona puede no servirle a otra. Por eso, aunque no sigas estos consejos al pie de la letra, espero que te inspiren a encontrar o crear tu propio ritual matutino.
Elegir ropa con intención
Unos párrafos más arriba ya anticipaba esto. La forma en la que elegimos cómo vestirnos juega un papel de suma importancia porque vendrá a reflejar nuestro estado de ánimo.
Puede ser que elijas primero qué ropa ponerte y en función de eso escojas la ropa interior que mejor le queda a tu outfit, o viceversa. Sea como fuere, no lo hagas por inercia. Del mismo modo que puedes devorar un plato o saborearlo, tómate un poco de tiempo para disfrutar y estar presente en el momento de vestirte. Incluso si eres de las personas que elige lo que se va a poner la noche anterior, seguramente tus elecciones fueron realizadas correspondiendo a un estado anímico, una sensación, un mensaje que dar… Rescata todo eso en el momento en que te estés vistiendo.
Mima tu cuerpo y tus sentidos
Sé que habrá quien dirá que es mejor usar el perfume antes de vestirse y no les quito razón, pero a mí lo que me funciona la mayoría de las veces es rociar mi fragancia elegida para ese día cuando ya tengo la ropa interior puesta. En este sentido, soy de las que piensa que tanto la ropa íntima como los perfumes se deben escoger/usar en primer y último lugar para unx mismx, y que es muy complicado regalar alguno de ellos a no ser que conozcas muy muy bien a la persona a la que quieres agasajar. Por eso, el momento en el que tengo ambos en mi piel es muy especial para mí. Me hacen sentir yo misma.
A veces, si me siento muy sofisticada, aplico también alguna loción o aceite corporal (esto sí siempre antes de la ropa interior, y dejo un poco de tiempo para que se absorba bien), me pongo las joyas/bisutería (no al terminar de vestirme, que suele ser lo habitual), o incluso, me maquillo.
Música y movimiento
No puedo concebir la idea de que exista alguna persona a la que no le guste la música. Para mí, es todo. Da igual qué estilo sea tu favorito, incluye en tus mañanas música que te ponga de buen humor. Muévete a su ritmo y, si tienes energía y ganas, ¡baila! Ahora, no hay marcarse una coreografía perfecta, sino simplemente expresarte libremente a través de los movimientos de tu cuerpo. Incluso si no sabes bailar y sientes que tienes la coordinación de un pato mareado (¿alguien más como yo por aquí?), cuanto más lo hagas más cómodx te sentirás. Por cierto, puedes hacerlo con o sin espejo. Y hablando de espejos…
Ten un romance con tu espejo
Me voy a apropiar debidamente de una frase de la Bella Chanel, aquella en la que nos insta a «tener un romance con el espejo». Entiendo que decir «me amo» es muy difícil, hasta imposible, para muchas personas (yo misma entre ellas). No hace falta llegar a usar un verbo tan cargado de significado, podemos darle un giro y pensar mejor en apreciar, valorar, agradecer… nuestro cuerpo.
Lo importante aquí es encontrarse a gusto con la imagen que nos devuelve el espejo, y qué mejor que (ad)mirarnos llevando una ropa interior que nos gusta y que nos hace sentir bien.
Incluso si nadie nos ve porque vamos a pasar el día en casa, todavía el espejo vendrá a reflejarnos nuestra imagen, por eso vestirse para unx mismx puede hackear tu mente. Haz que sea de forma positiva para ti.
Consideraciones y consejos extra
Construye tu armario
Unos buenos cimientos son indispensables para construir de forma sólida. Sea porque te ha llegado la hora de renovar sujetadores y demás ropa interior o porque estás interesadx en saber qué prendas no pueden faltar en tu armario de lencería, te recomiendo leer tanto este artículo como este otro.
Revisa el estado de tus prendas
Si llevas braguitas rotas o con agujeros y sujetadores estirados que ya no te sirven, ¿que tipo de energía estas creando? Ya no solo hacia las personas de tu alrededor, sino hacia tu propia persona. Esa energía, aunque no lo creas, es el respeto que tienes hacia ti mismx.
No digo que haya que estrenar ropa todas las semanas, pero sí revisar de vez en cuando si a las prendas que tenemos ya les ha llegado la hora de jubilarse. Creedme que, pereza aparte, es muy común tener guardada ropa interior que ya no sirve solo por el cariño o el buen recuerdo que nos ha dado, así que no hay nada de lo que avergonzarse. Eso sí, más consciencia y actuar consecuentemente a partir de ahora.
Dedícate tiempo todos los días
Las prisas y el ritmo frenético de nuestros días muchas veces nos hacen ahorrar tiempo y energía en situaciones o procesos que consideramos menos relevantes, cuando lo cierto es que repercuten en nuestro bienestar más de lo que pensamos. Tomarse una ensalada de pie en la cocina en lugar de tomarla sentadx con la mesa preparada como si tuvieras un invitado especial y disfrutarla (por muy simple que sea) envía dos mensajes muy diferentes a tu mente. Del mismo modo,
Verás, cuando trabajaba fuera de casa detestaba la sensación de tener que levantarme para ir a trabajar. Por ese motivo prefería acostarme pronto y madrugar para disfrutar de los primeros rayos de sol entrando por las ventanas, pero sobre todo, para tener al menos dos horas para mí antes de ir. Es así como empecé a poner en práctica mi ritual matutino personal, haciendo tiempo para él. Para cuando salía de casa, lo hacía con la energía y ganas adecuadas para comerme el mundo.